domingo, 4 de julio de 2010

Calígula e Incitatus

68.- Cayo César o Calígula, fue el tercer emperador del Imperio romano. De niño acompañó a su padre Germánico en sus expediciones militares por Germania donde se calzaba con las caligas de los legionarios, quienes le dieron el sobrenombre afectuoso de «Calígula» («botitas»). Al parecer, el futuro emperador odiaba este apodo.
Muchas fuentes describen a Calígula como un loco o un irracional, mas no se sabe si están hablando literal o figuradamente. Lo que sí es cierto es que Incitatus (en latín, Impetuoso) fue su corcel preferido. Se trataba de un equino que había nacido en Hispania, cosa poco extraña tomando en cuenta que en esa época se importaban a Roma cerca de 10000 cada año. “Los caballos hispanos –se dijo- son de gran alzada, buenas proporciones, posición erguida y cabeza hermosa. Como caballos de viaje son duros, no enflaquecidos. Son muy valientes y veloces, no haciendo falta que se les espolee... Tienen el pelo liso, corren mucho y son poco apropiados para ir al paso por su genio y coraje”.Aunque los romanos, nunca fueron especialistas en caballería, ni fue ésta el eje de sus ejércitos, hizo del caballo su animal predilecto, y de las carreras de caballos el deporte favorito de Roma, de aquella Roma que a fuerza de coraje llegó a dominar los territorios que hoy ocupan Italia, Francia, Bélgica, Holanda, parte de Alemania, Inglaterra, España, Portugal, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Israel, Líbano, Siria, Turquía, Grecia, Yugoslavia, Bulgaria, Rumanía, Suiza, Austria, Hungría, la Rusia del mar Negro (incluida Crimea), Persia, Albania, más todas las islas del mar Mediterráneo (que con razón llamaron Mare Nostrum) y los mares Egeo, Negro y Rojo.

La devoción de Calígula por él llegó al extremo de convertirlo en el caballo más rico y famoso de la historia: en un primer momento mandó construirle una caballeriza de mármol con pesebres de marfil para su uso exclusivo, pero pronto llegó a darle toda una villa con jardines y 18 sirvientes para su cuidado personal. Dormía con mantas de color púrpura (el tinte más caro en la Antigua Roma, reservado a la familia imperial) y llevaba collares de piedras preciosas. Posteriormente, Calígula otorgó a Incitatus el título de Cónsul de Bitinia. Este hecho ha sido tradicionalmente interpretado como fruto de la demencia del emperador, pero lo cierto es que la actitud servilista y pusilánime de los senadores del reinado de Calígula bien pudiera haber influido en dicho nombramiento, volviéndolo un hecho irónico que denotaría el sarcástico desprecio de Calígula hacia las instituciones públicas del Imperio.

Como animal de carreras que era, Incitatus participaba en las competiciones celebradas en el hipódromo de Roma. La noche anterior a una competición, el emperador dormía junto al animal y se decretaba un silencio general que nadie podía violar en toda la ciudad bajo pena de muerte, con el fin de que el caballo descansase correctamente.

Al parecer, Incitatus sólo perdió una carrera en su vida, tras la cual Calígula ordenó al verdugo que matase lentamente al auriga para asegurarse de que sufriera.

Se ha ido José Saramago (...aunque no del todo).

67.- Nos ha dejado un gran escritor, periodista y dramaturgo portugués, ganador del Premio Nobel de Literatura 1998. La Academia Sueca destacó de él su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía". Yo destaco de él el deseo de un mundo de respeto, más justo con las personas, pero también con los animales.
En el año 2009 el escritor publicó un artículo sobre el curioso caso de la elefanta Susi del Zoo de Barcelona, que estaba sola desde el fallecimiento de su compañera Alicia debido a problemas graves de salud.
Susi soportó que los responsables del Zoo dejaran toda la noche el cadáver de Alicia en el recinto, al lado de Susi. La soledad y la tristeza de la elefanta se reflejaba en su aspecto deprimido y en su comportamiento, tanto que llegó a preocupar su vida, ya que además se movía en un espacio muy reducido.
Se planteó la idea de trasladar a Susi para que viviera en semi-libertad junto otros elefantes y así poder rehacer su vida, pero finalmente para que no estuviese sola (ya que los elefantes son animales gregarios y, por lo tanto, es aconsejable que estén en compañía, se socialicen y mantengan la estructura social de matriarcado característica de esta especie) se optó por traerle una nueva compañera: Yoyo, una elefanta africana de 39 años, poniendo así fin a la soledad en la que vivía Susi desde la muerte de Alice, la otra elefanta africana fallecida a principios de 2008.
La últimas noticias que tuve es que la instalación ha sido remodelada y ampliada y poco a poco se recreará el espacio natural de la sabana, hasta tener una superficie de unos 10.000 metros cuadrados lo que se enmarca en la renovación integral del zoo del parque de la Ciutadella.
El artículo dice así:
Si yo pudiera, cerraría todos los zoológicos del mundo. Si yo pudiera, prohibiría la utilización de animales en los espectáculos de circo. No debo ser el único que piensa así, pero me arriesgo a recibir la protesta, la indignación, la ira de la mayoría a los que les encanta ver animales detrás de verjas o en espacios donde apenas pueden moverse como les pide su naturaleza. Esto en lo que tiene que ver con los zoológicos. Más deprimentes que esos parques, son los espectáculos de circo que consiguen la proeza de hacer ridículos los patéticos perros vestidos con faldas, las focas aplaudiendo con las aletas, los caballos empenachados, los macacos en bicicleta, los leones saltando arcos, las mulas entrenadas para perseguir figurantes vestidos de negro, los elefantes haciendo equilibrio sobre esferas de metal móviles. Que es divertido, a los niños les encanta, dicen los padres, quienes, para completa educación de sus vástagos, deberían llevarlos también a las sesiones de entrenamiento (¿o de tortura?) suportadas hasta la agonía por los pobres animales, víctimas inermes de la crueldad humana. Los padres también dicen que las visitas al zoológico son altamente instructivas. Tal vez lo hayan sido en el pasado, e incluso así lo dudo, pero hoy, gracias a los innúmeros documentales sobre la vida animal que las televisiones pasan a todas horas, si es educación lo que se pretende, ahí está a la espera.

La trampa para ratones

66.- Un ratón, mirando por un agujero en la pared vio a un granjero y a su esposa abriendo un paquete. Penso, qué tipo de comida podía haber allí, pero quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones.

Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: – ¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y dijo: – Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, mas no me perjudica en nada, ni me incomoda.

El ratón fue hasta el cordero y le dice: – Hay una ratonera en la casa, una ratonera!

-Discúlpeme Sr. Ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que sera recordado en mis oraciones .

El ratón se dirigió entonces a la vaca que le respondió: – ¿Pero acaso estoy en peligro?… Pienso que no. Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapo la cola de una serpiente venenosa. que le velozmente le pico. El granjero la llevo inmediatamente al hospital.

Cuando volvieron del hospital aún tenía una fiebre alta, y todo el mundo sabe que para cuidar a alguien con fiebre, nada mejor que una nutritiva sopa. El granjero agarro su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Pero como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla y para alimentarlos, el granjero tuvo que matar al cordero. A pesar de todos los cuidados la mujer no mejoro y acabo muriendo y el granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

Moraleja: La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que no te afecta, que no es tuyo, y no le prestas atencion… piénsalo dos veces.

La leyenda del perro y el humano

65.- La leyenda dice que una vez el Creador dijo a los animales y a los hombres (que vivían todos juntos): "ha llegado la hora de separarse, se abrirá una grieta en suelo y que cada uno se una con su especie"
Y así fue. Comenzó a formarse la grieta en el suelo y cada animal saltó hacia donde estaban sus pares.
En el último momento cuando ya casi no se podía cruzar la grieta el perro decidió que su lugar era junto al humano y arriesgando su vida, saltó al vacío intentando llegar al otro lado eligiendo vivir junto al hombre y la mujer para siempre y dejar de ser un animal libre.

Desde entonces, por los tiempos de los tiempos, el perro ha estado junto al humano siempre. Su amistad incondicional a prueba de fuego, hambre y frío es una prueba de su fidelidad incondicional digna de ejemplo único.

La compañía del perro junto a las personas es tan vieja como la historia de la humanidad misma sobre la tierra, así lo demuestran pinturas rupestres en cavernas donde compartían el hambre, el calor, el frío y los peligros de cada época y lugar.

Y es que quizá, como los vinos, la amistad del humano y el perro añeja con el tiempo...

... Y yo añado que quien ha tenido un perro/a muy querido, lo recordará siempre y su huella en el alma será indeleble... Mi Tula, que hace casi 30 años que dejé de verla, marcó y sigue marcando mi vida.

Por ti, Tula... todo esto, todo eso, y todo aquello que tú seguro que ya sabes....

El perro cojo

64.- Manuel Benítez Carrasco (1922-1999) nació en Granada, considerado uno de los cien granadinos del Siglo XX. Desde 1955 es figura inseparable de Hispanoamérica, muy especialmente México, donde pasó gran parte de su vida. En 1998 fué nombrado "Hijo Predilecto de la Ciudad de Granada" dedicándosele en ese mismo año, una importante avenida en el barrio de La Oliva en Sevilla. De este gran poeta es "El Perro Cojo":

La pata coja colgando, como una inútil piltrafa, pasó el perro por mi lado.
Un perro de pobre casta, uno de esos, callejero, pobre de sangre y de estampa, nacen en cualquier rincón de perras tristes y flacas, destinados a comer basura de plaza en plaza. Si pequeños por el qué, fino y ágil de la infancia, baloncitos de peluche, tibios borlones de lana los miman, los acurrucan, los sacan al sol, les cantan … de mayores, por el qué conque se les fue la gracia, los dejan a su ventura, mendigos de casa en casa, sus hambres por los rincones y su sed sobre las charcas…

¡Y que tristes ojos tienen! , ¡Qué recóndita mirada!, como si en ella pusieran su dolor a media asta … y se mueren, de tristeza, a la sombra de una tapia si es que un lazo no les da una muerte anticipada.
Yo lo llamo: – ven, no te hago nada – todo hociquito curioso, toda sed, hambre, nostalgia. Un perro si se le llama, huele la voz esperando, pan, caricias o pedradas, no en vano lleva marcado un mal recuerdo en su pata.

Lo vuelvo a llamar … , dócil a medias, avanza, moviendo el rabo con miedo y atrás las orejas gachas … Chasco los dedos le digo – ven aquí, no te hago nada ,vamos , vamos, ven aquí - … y ¡adiós a la desconfianza!, que ya se tiende a mis pies, a tiernos aullidos habla, ladra , para hablar más fuerte, salta, gira, gira, salta, lloran, ríen, ríen lloran, lengua, orejas, ojos, patas y el rabo es un incansable abanico de palabras … Es su alegría tan grande que estoy seguro que canta

Alguien le ha dicho – ven aquí, no te hago nada. Y le nacen de alegría aullidos como palabras. Sólo su patita coja, no puede decirme nada – ¿que piedra te dejó cojo?, si, si ¡malhaya, malhaya! … el perro me entiende, sabe que estoy maldiciendo la pedrada, esa pedrada dura que le destrozó la pata y con el rabo me está agradeciendo la lástima.

- Pero tú no te preocupes , ya no te faltará nada, yo también soy callejero, bien que de distintas plazas y a patita coja y triste, voy de jornada en jornada, las piedras que me tiraron, me dejaron coja el alma entre basuras de tierra tengo mi pan y mi almohada … Vamos pues perrito mío, vamos ¡anda que te anda!, con nuestra cojera a cuestas con nuestra tristeza en andas; yo por mis calles oscuras, tú por tus calles calladas, tú la pedrada en el cuerpo, yo la pedrada, en el alma … y cuando mueras amigo, yo te enterraré en mi casa, bajo un letrero que diga: – aquí yace, un amigo de mi infancia - Y en el cielo de los perros, pan tierno y carne mechada, te regalará San Roque, una muleta de plata – …

Compañero, si los hay, amigo, dónde los haya, mi perro y yo por la vida, pan pobre, rica compaña.
Era joven y era viejo, por más que yo lo cuidaba, el tiempo malo pasado lo dejó medio sin alma, fueron muchas hambres juntas, mucho peso para sus tres patas.

Y una mañana, en el huerto, debajo de mi ventana, lo encontré, tendido, frío, como una piedra mojada ... Como un duro musgo, el pelo con el rocío brillaba. Ya estaba mi pobre perro muerto de las cuatro patas. Hacia el cielo de los perros, se fue, anda que te anda, las orejas de relente y el hociquito de escarcha ...

Portero y dueño del cielo, San Roque en la puerta estaba, ortopédico de mimos, cirujano de palabras, bien surtido de recambios con que curar viejas taras: - Para ti tu rabo de oro, para ti un ojo de ámbar, tú tus orejas de nieve, tú, tus colmillos de escarcha, tú ... - y mi perro le reía - , tú, ... ¡tu muleta de plata! ...

Ahora ya sé, por que está la noche agujereada, ¿estrellas? , ¿luceros? ¡ No ! es mi perro que cuando anda, con la muleta va haciendo, agujeritos de plata ...