145.-Teresa
Romero fue la primera contagiada de ébola en España y en Europa. Esta técnico
sanitaria lucense de 44 años se contagió
de la enfermedad tras atender al religioso Manuel García Viejo, de 69 años y sacerdote de la Orden
Hospitalaria San Juan de Dios.
Ella es ingresada en el hospital
Carlos III y su marido Javier Limón es puesto en observación también allí, mientras
pide a España entera que impidan el sacrifico de su perro Excálibur por el
riesgo de que pudiera haber resultado contagiado. Una ola de solidaridad con el animal se
propaga a través de las redes sociales, pero de nada valió. El perro fue vilmente
sacrificado con un dardo envenenado sin ningún estudio que avalase tal
actuación, e incinerado posteriormente.
Pero en EUA una enfermera, Nina Pham,
resultó también contagiada
tras cuidar a un enfermo de ébola. Desde que ella fue internada las autoridades se hicieron
cargo de ‘Bentley’, su perrito, lo
aislaron en unas instalaciones para el cuidado de animales y están analizando su orina y excrementos en busca de restros de ébola. El
alcalde de Dallas, Mike Rawlings, explicó entonces que los protocolos
establecidos preveían no sacrificar al
perro mientras no mostrara síntomas de ébola. “El perro es muy
importante para la paciente y queremos que esté a salvo”, manifestó.
Pero
¿quién es Excálibur? José Ramón Romero, hermano de Teresa, llegó a contar que su historia se
inició el año 2002, cuando éste visitó a uno de sus amigos zamoranos, natural
de Villaseco. Allí vio al cachorro -mezcla de american stanford y pitbull- "Joder,
¡qué guapo!", reaccionó al verlo. El dueño lo vio tan ilusionado que se lo
entregó sin dudarlo: "Llevátelo, nosotros no nos lo podemos quedar". Por entonces, el can ya respondía al nombre de
Excálibur. Le contaron que lo había encontrado perdido en la ribera del Duero, abandonado, un poco destartalado
pero sano y que se recuperó muy rápido. José
Ramón lo apodaría simplemente "Bur". "Los veterinarios siempre
dicen que si el nombre es largo, los perros solo se quedan con las últimas
sílabas", justifica.
Así fue como el nuevo propietario colocó el chip
reglamentario a "Bur" en la Semana Santa de 2002. La mascota se
convertiría en un amigo inseparable. No solo de José Ramón, sino también de su
grupo punk madrileño Lágrimas y Rabia, un fijo en sus giras. "Nos íbamos a
Cataluña o al País Vasco y él siempre venía con nosotros", relata el
gallego.
Cómo Excalibur se convirtió en mascota de Teresa
Romero y su marido Javier Limón "es una historia muy larga". José
Ramón reconoce que "llegó un momento en que no me podía ya hacer cargo del
perro". Teresa y Javier "se habían enamorado" del can y
decidieron quedárselo. Corría el año 2007.
A toda la
familia le dolió muchísimo que las
autoridades sanitarias sacrificaran a Excalibur "No sé qué decir, solo que
me lo han matado por la cara", "tenía que haber sido puesto en
cuarentena". Merecía una oportunidad, piensa la familia Romero. La
investigadora zamorana María Jara reflejaba la perspectiva científica: "El
estudio de Excalibur habría sido útil a la sociedad.
He aquí un triste caso claro de
maltrato animal por las autoridades sanitarias (para mí y para mucha gente)